En la primera visita
al Odontopediatra, es recomendable hacer al niño solamente el Examen clínico y
su Historia Clínica; con el objeto de que el niño se vaya adaptando a todo lo
que en ese momento es nuevo para él, a excepción de que se trate de una
consulta de urgencia.
La primera visita
debe ser para el niño lo más tranquila y agradable posible. Se recomienda hacer
la primera visita a los 6 meses.
Es deseable que ambos padres acompañen al niño durante su primera visita al odontopediatra.
Es deseable que ambos padres acompañen al niño durante su primera visita al odontopediatra.
Sin embargo, deben permanecer en absoluto silencio y NO intervenir cuando el
especialista habla con su hijo.
Si habla usted mientras lo hace el Doctor, el niño no escuchará a ninguno de
los dos y su tranquilidad y colaboración se verán seriamente afectadas.
Si en las citas su hijo no colabora, NO lo regañe, reprenda, compare o ridiculice. Comprenda que es un comportamiento normal.
NO se inquiete si escucha llorar o gritar a su hijo en el transcurso de la consulta.
Estas son reacciones y actitudes normales ante el miedo, que van disminuyendo conforme el pequeño se siente más seguro y con la edad.
Los niños suelen asustarse ante cualquier cosa nueva o extraña.
NO se inquiete si observa actitudes en el especialista que a simple vista pudieran parecer agresivas, en ocasiones, situaciones y pacientes especiales es necesario utilizar técnicas de manejo de conducta y protección de los pacientes.
Si en las citas su hijo no colabora, NO lo regañe, reprenda, compare o ridiculice. Comprenda que es un comportamiento normal.
NO se inquiete si escucha llorar o gritar a su hijo en el transcurso de la consulta.
Estas son reacciones y actitudes normales ante el miedo, que van disminuyendo conforme el pequeño se siente más seguro y con la edad.
Los niños suelen asustarse ante cualquier cosa nueva o extraña.
NO se inquiete si observa actitudes en el especialista que a simple vista pudieran parecer agresivas, en ocasiones, situaciones y pacientes especiales es necesario utilizar técnicas de manejo de conducta y protección de los pacientes.
NO lleve a su hijo
al Odontopediatra mediante engaños o mentiras, o con promesas de regalos si se
porta bien.
El niño debe acostumbrarse a ir voluntariamente al consultorio y entender que es una actividad necesaria que puede ser agradable y redundará en el beneficio de su salud.
Los pequeños obsequios que se le pueden dar al paciente son pequeños incentivos para mejorar y/o mantener la buena conducta del paciente.
El niño debe acostumbrarse a ir voluntariamente al consultorio y entender que es una actividad necesaria que puede ser agradable y redundará en el beneficio de su salud.
Los pequeños obsequios que se le pueden dar al paciente son pequeños incentivos para mejorar y/o mantener la buena conducta del paciente.
NO amenace a su hijo
con llevarlo con el especialista si se porta mal en casa o en el colegio, ni a
llevarlo que le pongan una inyección si sigue llorando.
En el consultorio NO es sala de castigos.
NO siembre temores en su hijo que puedan permanecer durante toda la vida y puedan afectar su salud oral y sistémica.
NO espere a que su hijo manifieste dolor en algún diente o parte de si cavidad oral, o tenga la cara inflamada para llevarlo con el especialista.
Las situaciones y consultas de urgencia crean mayor temor, dolor y trauma innecesario en un niño.
En el consultorio NO es sala de castigos.
NO siembre temores en su hijo que puedan permanecer durante toda la vida y puedan afectar su salud oral y sistémica.
NO espere a que su hijo manifieste dolor en algún diente o parte de si cavidad oral, o tenga la cara inflamada para llevarlo con el especialista.
Las situaciones y consultas de urgencia crean mayor temor, dolor y trauma innecesario en un niño.
Por favor revise
continuamente la boca de su hijo y esté atento en su higiene oral diaria desde
su nacimiento. Prevenga lo más posible el sufrimiento de su pequeño.
De la observación juiciosa de lo anteriormente expuesto, depende que su hijo adopte una conducta colaboradora y tranquila; y que en su vida adulta esté libre de traumas y sentimientos de angustia innecesarios respecto a la Odontología, a sus dientes y boca; y seguramente tendrá muy buen cuidado de ellos y permanecerá con una buena salud oral.
De la observación juiciosa de lo anteriormente expuesto, depende que su hijo adopte una conducta colaboradora y tranquila; y que en su vida adulta esté libre de traumas y sentimientos de angustia innecesarios respecto a la Odontología, a sus dientes y boca; y seguramente tendrá muy buen cuidado de ellos y permanecerá con una buena salud oral.
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